sábado, diciembre 16, 2006

Domingo, Lunes... (8) Sin Hallazgos Significativos

La anécdota del ex ministro norcoreano marcó mi vida a partir de ese momento. Decidí idear una fuga por dos razones principalmente: la primera, por ser la más importante y sobretodo vital para mí, es que Sharon pasó a vivir en el mismo edificio, y la segunda, no la recuerdo, qué más da, con la primera tengo más que suficiente. Sólo espero que la mediquen con algo que contrarreste las ganas de matar.

Para qué me voy a seguir engañando, vivo en un manicomio, y lo asumo, es decir, asumo que estoy encerrado en uno, pero no el por qué, y lo que más me mosquea es que todos mis compañeros en el centro afirman lo mismo, o lo niegan, según se mire, nadie reconoce acumular rarezas como para tener que estar encerrado y controlado en un centro, en un centro, ¿penitenciario?

La tarde del incidente la ocupé escuchando música encerrado en mi habitación ajeno a lo que pudiera pasar fuera y, sobretodo, a lo que pudiera idear Sharon para eliminarme, porque supongo que estaría sedada y atada en la cama de alguna habitación próxima. Por si tuviera poco con todo lo sucedido tenía ahora otra preocupación, me molestaba no ser lo suficientemente estúpido como para preguntarme si no había más centros de desintoxicación mental en el mundo, o en mi ciudad, como para mandarla a alguno de ellos, o cárceles, o islas desiertas, ataúdes, profundidades del mar o de escombros. No dejé de maldecir al mundo por ello.

Wuan Trij Il salió del quirófano con éxito. Teniendo en cuenta la mala suerte que le estaba acompañando los últimos días hacía pensar que no superaría la intervención, pero se recuperaba favorablemente en el hospital contiguo.