4. SEGUNDO INTENTO
Paquita apagó repentinamente su risa. Acababa de romper aguas. Ahora la risa era de Bernardo. Lo que le faltaba a Manuela, que golpeó el costado de su marido de un codazo y corrió a por unos paños y un cubo de agua. Bernardo exclamó:
-“¿Dónde vas? ¿Piensas hacer de matrona?”
-“No, idiota, voy a limpiar todo esto.”
El llanto de Úrsula se unió a la escena contagiando a su abuela, que con el cubo en una mano y los paños en otra se sentó junto a su nieta y rompió a llorar, liberando por fin toda la tensión acumulada. En ese momento el único que mantuvo la calma fue Paco, que cogió del brazo a su mujer y se la llevó al hospital. Ya en el coche le dijo a su mujer:
-“Si ese charco que has dejado en el suelo de casa solo es orina, te lo agradezco porque no soportaba más esa jaula de grillos y no sabía cómo salir sin quedar como un niñato irresponsable. ¿Y ella te llama primeriza? Ni que fuera su primer nieto.”
-“Ay, Paco, date prisa.”
Al llegar a Canillejas se volvieron a encontrar el tráfico colapsado. Paco sacó un pañuelo del bolsillo, lo sujetó a la puerta con la ventanilla y continuó por el arcén haciendo sonar el claxon con frenesí. Al llegar al control el mismo policía que les “desatendió” hacía unas horas les dio el alto:
-“¡Qué coño pasa aquí!”
No dijo nada más. Cuando les reconoció les dio acceso y la enhorabuena. Paco iba pensando que al precio que se estaba poniendo la gasolina el crío les iba a salir por un dineral con tanto viaje.
Cuando aparecieron en la puerta de urgencias vieron en el mostrador a la misma enfermera del primer intento, que al verles llegar se apresuró con una silla de ruedas hacia su encuentro. Tras sentarse Paquí en la silla, la enfermera le dijo a Paco que esperase y que enseguida le informarían. Todavía llevaba puesto el gorrito festivo.
COMIDA MARIDAJE GRAMONA
Hace 14 años